A mediados del siglo XVII Diego de Saavedra Fajardo publicaba en Milán una gran obra a modo de espejo y como guía moralizante para gobernantes, Empresas políticas, o Idea de un príncipe político christiano: representada en cien empresas, en cuya introducción advertía: “Gran maestro del príncipe es el tiempo. Hospitales son los siglos pasados, donde la política hace anatomía de los cadáveres de las repúblicas y monarquías que florecieron, para curar mejor las presentes…”. Así, aunque sin tan elevada pretensión, y más bien como crónica ilustrada de un comienzo de siglo, que asimismo es epílogo de una España pasada, se puede entender el conjunto de obras aquí presentado bajo el epígrafe: ¿Por qué no te callas?
Esta famosa apelación fue el dardo que lanzó el rey Juan Carlos al presidente colombiano Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile en noviembre de 2007, siendo él el que más tenía y tiene que callar. Tal y como se iría desvelando tras su comparecencia en abril de 2012, cuando se disculpó ante todos los españoles una vez lograda el alta hospitalaria por las secuelas que le habían ocasionado un accidente en Boutsuana mientras cazaba elefantes: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.